¡Buenas tardes cuties!
Definitivamente hemos dejado atrás los maravillosos días de
verano para adentrarnos directamente en el mal tiempo, y en todo lo que eso
conlleva: el frío, que la lluvia arruine planes, no poder lucirnos tanto como
antes, el pelo ultra encrespado… Sí, sé que habéis asentido, sobre todo con
esto último. Y precisamente de pelos vengo a hablaros hoy (¡Qué novedad!). Como
ya he comentado en entradas anteriores, amo el pelo largo pero por mis
múltiples “descuidos” (plancharlo en exceso, no usar los productos
adecuados, teñirlo desde los 15 años…) no han dejado en todo este tiempo que
supere el pecho, y más quemado que sano. Por eso hace menos de un mes me corté
el pelo considerablemente (unos 6 dedos, un dolor psicológico insoportable pero
absolutamente necesario) Por lo que, como ya os comenté,
me he gastado un dinerillo curioso en cremas naturales, aparte de que ya hace
bastante que no me tiño, aproveché el tirón de las mechas californianas para
que mis raíces no estuviesen mal vistas (parece un chiste, pero es cierto), y
además casi no uso plancha porque realmente con este corte me gusta bastante
como se me queda el pelo al natural.
Así ha quedado después del podado que me di:
Aún no está del todo sano y tengo que acostumbrarme a sanearlo cada dos meses, pero con los productos que me aplico espero poco a poco tenerlo completamente sano y todo lo largo que me gustaría. Ahí van mis rutinas:
-Lavarlo de dos en dos días: Esto es algo a lo que he tenido que acostumbrarme porque desde la pubertad he tenido el cabello bastante graso, por lo que me lo lavaba todos los días, con todo lo que eso conllevaba (agresión en el cabello constante por el secador y la plancha). Ahora por fin he conseguido acostumbrarlo un poco y que me dure los dos días de la manera más digna posible, aunque es cierto que a veces para que se vea más limpio me lavo solo el flequillo, que es lo que más se ensucia en mi caso.
-Aceite de romero: Una vez a la semana más o menos, me aplico el aceite de romero (casero) en el cabello al menos media hora antes de la ducha. Después sigo mi rutina habitual de lavado, eso si, mucho más insistente, ya que no hay que olvidar que ante todo es aceite lo que estamos aplicándonos, y si no se lava de manera concienzuda pueden perfectamente quedar residuos.
-Productos Lush: Al principio, el cabello se me puso mucho más graso. Hablo de las primeras dos semanas. Lo achaqué a la falta de sustancias químicas sintetizadas a los que estaba acostumbrado mi pelo durante tanto tiempo y tuve paciencia. Efectivamente, y aunque lo siga teniendo graso, me dura un poquito más y gracias al acondicionador parece que tengo el pelo más brillante y con más volumen. Un acierto, sin duda.
¡Y eso es todo por hoy! Espero que os haya gustado mi entrada y que me comentéis algún que otro truquillo para el cuidado del cabello. ¡Hasta la próxima!
-Ro
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